Nos quedamos en dos ocasiones en el hotel, de ida y vuelta de Buenos Aires a Mendoza, como una forma cómoda de hacer una parada a mitad de camino y disfrutar el viaje sin apuros.
Primero y principal, y la razón para reservar allí: Aceptan Mascotas!! Así q toda la familia estuvo cómoda y contenta. El personal en general amable, sobretodo el chico q nos hizo el check-out en la mañana. Es un hotel de ruta, claro. No tiene grandes lujos ni muchas comodidades, pero es funcional.
Las duchas funcionaban con dificultad... Las almohadas no se veían exáctamente limpias, los toallones con agujeros de tan gastados (uno espera que sea eso).. En la cena, había un insecto (un cascarudo verde) en una de las ensaladas........ no se les movió una ceja. Ni disculpas pidieron.
El lugar para estacionar gratis se agradece, aunque sea abierto... al menos tienen cámaras.... El estacionamiento estaba cerca de las habitaciones, lo que fue util (y menos ruidoso de lo esperado).
El desayuno estaba ok. Sin mucha variedad, pero incluído en el precio de la habitación y razonable.
Podría ser mucho más limpio... Pero para una noche, de pasada (unas horas, de hecho) es funcional.
Y aceptan mascotas!