Cuesta describir una estadía muy linda y reconfortante como la vivida aquí, trataré en pocas palabras en motivarlos a tomar la decisión de visitarlos, desde la llegada todo fue cortesía y amabilidad tratando de hacerlo sentir especial y la verdad es que uno siente el cariño de todo el personal, solo di las llaves del carro y no volví a saber de él, la habitación nuestra que fue Mandarina no tienen número muy linda espaciosa con mucho detalle para hacer una estancia muy agradable con una vista espectacular, tomamos la opción de los 3 tiempos de comida y todo una delicia, hay que tener claro que es un hotel para mejorar su alimentación, su alma y su cuerpo, el Spa sin palabras un excelente trato y un variedad de tratamientos que cuesta decidirse, el personal muy profesional y de lo mejor, hicimos una clase se yoga que estaba incluida en el paquete y Valerie la instructora muy profesional ajustando la clase de acuerdo a nivel de los participantes, puedo seguir enumerando lo extraordinario del lugar y del personal pero creo que la mejor experiencia es vivirlo.