La carretera de arena piedra se te hace un poco larga, pero merece la pena recorrerla para llegar a este maravilloso lugar. Los lodge son preciosos y muy amplios con unas vistas del rio San Carlos muy bonitas, puedes ver guacamayos rojos y oir los monos aulladores que te despiertan al amanecer. Don Marcos el dueño se vuelca para que te encuentres como en casa, es muy agradable como todos sus empleados, y además es un cocinero realmente bueno, la comida es riquisima. El lodge cuenta con una reserva privada donde puedes ver si tienes suerte la Lapa Verde, y muchos mas animales, gracias a Hugo el guía autóctono que conoce muy bien toda la fauna y flora y te va explicando con gran dedicación cada detalle del bosque. Realmente este lugar es un Pedacito de Cielo donde puedes relajarte y descansar estando rodeado de la naturaleza.