el hotel está situado en una de las playas mas bonitas y tranquilas de Praslin, en Anse Albert. Nada mas llegar fuimos atendidos por la recepcionista que nos ofreció un sorbete de coco para refrescarnos. A pesar de lo pronto de la hora, 10 am, en media hora tuvimos nuestra habitación disponible.
El hotel está muy bien integrado en su entorno. Se trata de bungalows diseminados en una pradera verde muy cuidada, salpicada de palmeras y todo tipo de plantas y flores que cada mañana cuida una brigada de jardineros. La piscina es pequeña pero tampoco se necesita mas ya que la playa con sus tranquilas aguas es mas agradable para el baño. Ibamos con 2 niños y reservamos una habitación Deluxe. Se trata de una habitación con cama de matrimonio y un sofa cama de dos plazas, todo en la misma pieza. El espacio es el justito pero tampoco te sientes agobiado. A cambio dispones de un baño inmenso, con bañera y una gran ducha, un vestidor y el inodoro en pieza a parte. El aire acondicionado se agradece y el porche de la entrada es práctico para dejar las cosas de playa sin llenarlo todo de arena.
El trato del personal es muy amable y eficiente. La cena consiste en un buffet temático, variando cada día; p ej disfrutamos de una cena a base de pescados a la parrilla, otra de barbacoa, cena criolla ... Hay una gran variedad de ensaladas y siempre existe pollo a la brasa para quien no le guste el pescado. Los niños disfrutaron especialmente de los postres que eran magníficos.
El hote programaba actividades de las que no participamos ya que estuvimos sólo tres días y nuestro propio programa estaba a tope. Hay unos mostradores de la agencia Creole para asesorarte y organizarte excursiones aunque nosotros preferimos ir por nuestra cuenta.
Por 40 € al día puedes alquilar un coche en alguno de los comercios que hay a 500 m del hotel en la carretera, siempre que no te importe conducir a la británica. Nosotros optamos por utilizar un taxi. Por 20 € te llevan del aeropuerto al hotel, por 50 € te llevan al valle de Mai, te recogen cuando acuerdes, te llevan a Anse Lazio y te vuelven a recoger a la tarde. Si regateas igual consigues algo mejor de precio.
Hay un chiringuito junto al hotel donde puedes alquilar canoas, te llevan en lancha a los islotes próximos donde se puede bucear viendo multitud de peces tropicales, o incluso a islas mas lejanas o a pescar.
Tras dejar la habitación el último día nos dejaron una habitación a la tarde para ducharnos antes de regresar a Mahe.
En definitiva la experiencia fue muy positiva y el hotel muy recomendable, sobre todo si se va con niños. Para parejas yo recomendaría algún hotel mas pequeño y mas coqueto de los que abundan por ahí.