La ubicación de las habitaciones, frente a la playa. A primera línea de playa y agua, siempre hay algas (aviso para quien le moleste) Se pueden dar largos paseos por la arena. Es un hotel con un buen equilibrio entre la tranquilidad y la animación. No hay ruído ambiental, se respira paz. Pero a la vez ofrece algunas actividades interesantes para conocer aspectos naturales y culturales del país. John es muy bien animador. Hay que tener en cuenta la época del año. Cuando nosotros fuimos, en agosto, la temperatura es muy agradable, y buena para el baño, aunque no pudimos disfrutar del snorkeling con facilidad. Creo que en otras épocas es más fácil por las condiciones del agua.
Las habitaciones simples y muy cómodas, con una buena terraza.
El personal muy amable y educado. Las cenas fantásticas en un lugar privilegiado (restaurante St Pierre) El desayuno cuenta con un apartado de fruta, zumos y batidos fantástico. Si hay que buscar un defecto, diría que poca variación.
Un buen hotel para disfrutar del paisaje, el agua y la tranquilidad!