Estancia en febrero de 2019 en viaje de novios. El hotel es relativamente pequeño con las habitaciones alrededor de la piscina y entre jardines. La tranquilidad es casi completa, a pesar de que es un establecimiento en el que se también se ven familias.
El personal es completamente local, lo cual se agradece en cuanto a las recomendaciones que te hacen sobre gastronomía y visitas.
Nos alojamos en media pensión y desayuno y cenas fueron excelentes. Muy variados, a destacar el pescado; sencillamente excelente. En mi opinión, el personal del restaurante lo mejor del hotel.
El hotel no está pegado a la playa, pero la tienes a un paseo de un par de minutos; no supone ningún problema.
Limpieza de las habitaciones impecable. Y te acercan enseguida cualquier toalla alguna otra cosa que necesites.
Por poner algo a mejorar, sería el personal de recepción. Creo que el trato debe mejorar para un establecimiento que no es nada económico. Nos resultó desagradable tener que discutir por unos pocos euros de unos chips que realmente no habíamos consumido. Esto dentro de una cuenta que superó con mucho los mil euros.
En cualquier caso lo recomiendo y por supuesto que volvería

Buen hotel con una decoración bonita aunque algo recargada en las zonas comunes.
Pero lo peor fue el trato hacia el cliente, de algún camarero y sobre todo del personal de recepción; parece que te están haciendo un favor por atenderte; te miran por encima del hombro; y en el check out nos pusimos a revisar la cuenta y se miraron entre ellas con una sonrisa muy desagradable. Después de haber pasado unos días en Mahé en un hotel de trato exquisito hacia el cliente, este hotel me parece que deja mucho que desear en ese sentido