Hoy es nuestro último día en el hotel y solo quiero quedarme más! Las instalaciones son amplias, nuevas, impecablemente decoradas, súper limpias. Lleno de detalles en cada rincón, se nota que cada objeto fue elegido con cariño y puesto con esmero. La comida es deliciosa, el paquete de Natal incluye desayuno y cena diariamente. El desayuno es fabuloso, con huevos revueltos, salchichas, frutas de todo tipo, cereales, yogurts, semillas, un pan casero alucinante y opciones dulces y saladas. Pensé que me iba a aburrir de cenar todas las noches en el mismo lugar, pero podría decir que seguramente es el mejor lugar para cenar en Imbituba. Los risottos son deliciosos, variedad de carnes, pescados, ensaladas agridulces de combinaciones memorables, absolutamente todo es sabroso y los jugos fantásticos. Las habitaciones muy cómodas, con balcón, hamaca paraguaya y vista al mar. Tiene parque, sala de juegos para los chicos, sala de TV y mesas para juegos en familia, piscina al aire libre, piscina térmica techada. Ofrecen servicio de playa, para hacer las maletas es lo máximo porque no hay que traer toallas, sombrillas, sillas... El hotel tiene todo. La playa es tranquila y muy limpia, ni una sola basura, guardavidas frente al hotel, así que es especial para venir a descansar y disfrutar en familia. Hotel frente al mar. Y lo más importante de todo, la calidad humana, las sonrisas y las atenciones de la gente del hotel, se nota que trabajaban en un lugar donde se les cuida y aprecia porque ellos también nos cuidan y aprecian. Adoré este hotel y me encantaría volver, hay 9 playas cerca y no salimos a recorrer ninguna porque solo queríamos descansar y lo logramos, así que queda pendiente volver a recorrer y conocer. Felicidades a todo el equipo que hace que este sea un hotel para volver. Y felicidades por la hermosa fiesta de Natal!