Es un hotel boutique dentro de la finca Colomé, la bodega mas antigua del país. El lugar es un paraíso, el servicio, la gastronomía y la atención excelente. Alfio estuvo disponible y atento a los detalles durante toda nuestra estancia. Las habitaciones muy confortables y bien decoradas, con increíbles vistas. La estadía incluye una degustación de vinos de la bodega y una visita al museo de James Turrell que es imperdible. Hay además circuitos de caminata bien señalizados para pasear entre los viñedos, pileta y gimnasio. Ideal para relajarse y descansar. Llegar lleva varias horas desde Salta o Cafayate por lo que al menos hay que quedarse 2 días. Lo único a mejorar es la conectividad, es muy limitada, la señal apenas llega a las habitaciones, y la velocidad es muy lenta.Más
- Wi-Fi gratis
- Estacionamiento gratis