Estuvimos el fin de semana largo del 7 al 10 de octubre de 2022, dos parejas.
Lo bueno : el exterior del hotel es muy lindo, sobre todo el parque y las piletas y hay suficiente sombra y reposeras. El estacionamiento descubierto es grande y las instalaciones son agradables a la vista. Las habitaciones son amplias.
El gran problema es la atención en el restaurante, demoran entre 50 y 60 min para traer la comida a la mesa y demoran para todo en general. Cuando hay mucha gente dan turnos para la cena cada 30 minutos pero cuando te presentás en horario y no hay mesas disponibles te dicen que no te pueden dar una mesa hasta que no se levante alguien y que la gente demora mas de media hora en cenar (???). Adicionalmente las chicas que atienden las mesas pese a que anotan los pedidos en gral se equivocan, o te traen la comida fría. Son amables pero eso no compensa.
También dan turnos para el desayuno y a los 45 minutos te piden que te levantes de la mesa para que otros huéspedes puedan desayunar, eso no me pasó jamás en ningún hotel. Tienen un restaurante que no puede albergar ni a la mitad de la gente que se puede hospedar.
Le falta mantenimiento, en el sector de juegos de 5 sillas había 3 rotas, en el spa al jacuzzi le funciona un solo jet, en el vestuario hay un sauna seco que no funcionaba. En lo que llaman gimnasio hay solo dos cintas (!!) y eso es todo... de las cuales a una no le funcionan los botones para aumentar y reducir la velocidad por lo que no se puede usar para caminar, solo para correr.
La ultima tarde se quedaron sin toallas (si, en un spa...) y nos dieron batas...
La ultima noche quisimos pedir room service y luego de tomarnos el pedido nos dijeron que lo teníamos que ir a retirar porque no tenían a nadie para enviarlo...
En la habitación la mesita de luz estaba desfondada, el soporte del duchador se salía de la pared y la presión de agua es insuficiente. Además la temperatura del agua se enfría y calienta todo el tiempo, no es para nada agradable la experiencia.
No lo recomiendo.