El hotel es viejo y si bien hay algunas mejoras en la infraestructura (por ejemplo el baño de la habitación), le falta mucho para ser confortable.
La habitación tenía olor por falta de ventilación, calefacción solo en la habitación, no en el baño (que era muy grande y se sentía frío), el mobiliario y la alfombra eran de los ’70 con marcas de cigarrillo incluido, el colchón era confortable y nuevo, la ropa de cama mediocre y las toallas peor aún. Tenía wifi en la habitación.
Se escucha todo de las habitaciones vecinas, y el equipo de aire acondicionado que afortunadamente no tuvimos que usar, está ubicado a 0,40 cm del suelo y a escasos cm de la cama.
Desayuno: café con leche con 2 facturas secas y quemadas y algunos criollos de mejor aspecto.
Realmente si pueden ir a otro hotel, no lo duden.