Es uno de los hoteles donde me he sentido como en casa! Es muy familiar, Salvador su dueño es muy amable y te ayuda a programar tu estadía. No se diga de Christos es un gran anfitrión y mano derecha de Salvador! Todos son amables. Los desayunos son bien ricos y tienen una carta pequeña de comida por si no quieren salir! Las ensaladas son espectaculares y un sanduche que mis hijos comieron dos noches. Pan pita con tomate y mozZarella. Es un gran lugar para llegar en familia! Salimos encantados, nos sentimos como en un hogar.