Nos ha encantado. Está nuevo, la gente es ideal, no tienes sensación de agobio, la playa está súper cuidada.
Lo bueno, que es lo malo, es que estás alejado de George Town (tampoco es que valga mucho la pena) y que si quieres ir a cenar fuera necesitas un coche o tirar de taxi, que como todo en Gran Caimán no es barato. Lo bueno está en lo tranquilo que es.
Para cenar y comer tienes dos restaurantes que están bastante bien (uno más funcional a pie de playa y otro más elegante, el Ave). El desayuno lo puedes hacer en el Ave, pero solo lo recomiendo si va a ser tu comida principal: súper completo variado y rico. Si te conformas con algo de fruta un bollo y un café (lo tienes de cortesía por la mañana), lo mejor y mucho más económico es la tienda que tiene el mismo hotel.
Cuando reserves cuida la orientación para ver la puesta de sol desde la habitación. Por razones climatológicas sólo disfrutamos de la puesta de sol un día pero valió la pena.
Si volvemos algún día, este será nuestro hotel.