El paraiso del NO
Vinimos en agosto una semana.
Al llegar nos mandaron directo a almorzar y el check in hasta las 15 nos tuvieron diciéndonos que en unos minutos estaria listo. Eso si... el check out sin discutir debe ser 11 am, sin darnos la chance de pagar 50 uss un late check out.
Nunca en mi vida y mucho menos en los viajes de este tipo que hice he escuchando tantas veces la palabra “NO”.
Ni siquiera seguido por un “por tal motivo”
o un “sin embargo”
Cuando vimos esto, solicitamos al menos cuatro veces el servicio extra de Butler, pero no nos dieron jamas una respuesta. Expresamos varias veces querer pagar el extra pero tampoco les interesó.
La isla es realmente un paraiso pero el servicio es diabolico. Ante la duda es NO. Hasta algunas veces en broma, ante alguna pregunta... la respuesta era NO.. y luego a ver la desilusión de uno, decirnos, “es broma, si pueden comer aqui...” aun no encuentro la gracia en eso.
Parece una colonia inglesa recien conquistada, donde la gente tiene miedo de todo y lo transmite a los huéspedes de una manera un tanto agresiva.
Los horarios son absolutamente inflexibles. Hay muchos huecos en los cuales es imposible conseguir un plato de frutas.
De manera poco criteriosa uno se encuentra día a día con restaurantes cerrados. El area de reservas solo te recibe hasta las 16hs.
Luego de las 16 no puedes hacer reservas para comer a la noche.
Lo mismo sucede con muchas cosas. La bandera roja en la playa es la mejor excusa para que no te permitan usar ninguna distracción de agua, como kayaks, bicicletas, canoas.
El recepcionista del Diving center en vez de brindar un servicio informativo y de cortesía te trata con indiferencia y peor aun, con sobrerbia, poniendo todos los obstáculos para que ni ganas tengas de bucear. No dan información clara, tampoco les importa.
Por tal motivo contratamos las excursiones afuera del hotel, en Robert Island adventures que recomiendo totalmente.
El servicio de playa es casi nulo. Y luego de las 16 es imposible conseguir toallas.
Las bebidas son todas malas, con la salvedad de algun whiskey o licor.
Los vinos son veneno, imposibles de tomar; siempre calientes.
Pedir agua con gas es como pedir la última coca cola del desierto.
Cuando pedis algo te dicen que si, pero luego jamas aparecen
El desayuno malo. Malo. El buffet no se si peor.
Los restaurantes de noche en general buenos. Pero si llegas a las 21 te hacen pedir todo junto porque tienen ganas de cerrar lo mas temprano posible.
El único lugar que nos ha salvado fuera de los horarios establecidos rigurosamente ha sido el Cafe de Paris, que tiene cafe expresso, variedad de leches y alguna galleta aceptable.
Cada vez que uno se acercaba a consultar algo, la respuesta era: vuelva mañana.
Aun poniendo el cartel de no molestar, tocan la puerta y llaman por teléfono.
Amanece 6 am y no hay blackouts.
En sintesis: no vale lo que cuesta. Si, es un paraíso, pero su gente es hostil.