El hotel tiene piscina y acceso a la playa, y caminando unos 10 minutos hay playas increíbles y desiertas. La habitación tenía buen tamaño y la cama era cómoda.

El hotel estaba en obras, y no disponía de bar ni restaurante abiertos, así que tuvimos que ir a los hoteles de al lado. A nuestra llegada, la señora de la limpieza nos entregó la llave. Fue la última vez que vimos a personal del hotel. En la entrega de llaves, quisimos cambiar de habitación por una con vistas al mar y nos la chica nos dijo que la dueña vendría en un par de minutos...en 4 días no vino nadie. El aire acondicionado perdía muchísima agua, y tuvimos que poner toallas en el suelo para no resbalar. El baño era anticuado y la ducha muy incómoda, además de salirse toda el agua del plato de ducha. El wifi desde la habitación no funcionaba, y teníamos que ir a la zona de piscina para coger señal.
Nos pareció excesivamente caro para los servicios que nos prestaron.