Un petit hotel, en una vieja casona, excelente a la vista, su decoración llena de innumerables detalles desde que entras... sorpresa por todos lados. Las habitaciones muy agradablemente logradas, camas muy cómodas, sin ser extraordinarias.... Pero....
Huellas de humedad en los muros, toda la noche el ruido del encendido y apagado del aire acondicionado lo volvió muy desagradable, las ventanas dejan entrar la luz de l calle y la del sol... te despiertas aunque no quieras. La regadera con un problema de diseño por una banca de pared a pared que queda justo en donde llega el chorro de agua.. la bañera muy mal diseñada, pero original si salida de agua.
La alberca turbia, la zona de terraza exterior sobre paseo Montejo, nada apetecible, sucia y mobiliario que luce desgastado.
Personal muy amable y atento..
En general su relación calidad precio es de normal a mala.