Fuimos por segunda vez, después de 5 años y la experiencia no fue buena. Pedimos una parrillada de pescado y tardaron 45 minutos en servirla. Después nos enteramos de que había habido un error con la comanda pero nadie nos informó y tuvimos que preguntar en varias ocasiones. Debo decir que el camarero joven fue muy amable y nos sentó en una mesa con muy buenas vistas. Pedimos la cuenta pronto, porque ya llevábamos demasiado tiempo y no queríamos esperar más, y el camarero más mayor nos contestó de mala manera que aún no había retirado los platos y no nos trajo la cuenta. Con respecto a la comida, la parrillada estaba bien pero las nuggets del menu infantil eran congeladas. Un buen restaurante nunca sirve cosas congeladas, cualquiera puede freir un precocinado en una freidora.