Lo pasamos genial, la atención realmente destacable, tanto como su gastronomía: muy sofisticada pero suficiente a la vez. Los vinos, geniales. Y además, almorzando con la viña y la cordillera de fondo, imperdible! Reitero la calidez del personal, quiero destacar a todo el equipo: Pablo, Leo, Mercedes, Oso, Joaquín y Dai. Nos hicieron como en casa (o aún mejor!). Volveremos! Saludos
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