El lugar es lindo y cuidado. El jardín es encantador y las espacios comunes, así como las habitaciones, se notan que han sido pensadas y cuidadas. El desayuno es sencillo y casero. No sé necesita más: medialunas, tostadas, manteca, queso, jamón, fruta, yogur, un tipo de cereales, jugo de naranja exprimido, café y huevos revueltos si se desean. Se puede tomar adentro o en el jardín. Lo atractivo de que sea adentro es la música de fondo que lo acompaña, una selección muy acogedora y relajante. Es una pena que no se escuche desde afuera. La chica que sirve el desayuno fue muy cordial y correcta, nos dejó solos en el área para tener más privacidad. Disfrutamos de libros y revistas que habían en la recepción.
Con respecto a la habitación, la limpieza correcta, el tamaño justo y el diseño lindo. La vista con el olivo enfrente y la ubicación del hotel, que hace que sólo se escuchen los pájaros desde el cuarto, un placer. Sin embargo, mejoraría un aspecto clave: la luz. A pesar de las cortinas blackout entraba luz desde temprano y el descanso se tornó más difícil. Con respecto a la tv, estaba ubicada en un lugar que no era el ideal y el baño que prometía bañera, si bien la tenía, la misma no tenía tapón y por ende no podía usarse, transformándose en algo meramente decorativo. En general el hotelito nos gustó y nos pareció que tiene encanto. Las chicas que lo atienden muy bien y los espacios comunes encantadores. Solo haríamos algunos cambios en las habitaciones en especial tema luz. Volveríamos y probaríamos otras habitaciones.

Excelente desayuno y atencion del personal del Hotel, cuarto lindisimo, camas muy comodas y linda vista. Casa antigua reciclada, es para pocos dias, queda en La Barra a pocas cuadras de la playa, tiene bicicletas para recorrer anticuarios. Volveria sin dudarlo.- Un poco caro, pero vale la pena conocerlo...

Es un lugar muy acogedor. Son poquitas habitaciones y el trato personalizado. Nos tocó "Mirador" que tiene una vista hermosa, pero es de las más chicas y de día entra luz a pesar de que tenga un black out. Igual es cómoda.
El patio interno es de película y los espacios comunes súper cómodos y con detalles de decoración muy lindos.
El desayuno personalizado, es como si estuvieses en tu casa y muy completos (cafe, fruta, yogurt, una granola INCREIBLE, huevos).
Está a pocas cuadras del puente de La Barra, a 2 cuadras de la calle principal.
Tuve posibilidad de conocer al dueño y tuvimos una muy linda charla.
Lo recomiendo y volvería.

Lugar lindo para ir con auto porque las playas no quedan tan cerca.