Hemos disfrutado de tres tranquilas noches en este alojamiento,en una zona muy bonita cerca de los Pirineos.El Chateau es precioso, muy bien acondicionado y con mucho encanto.Los anfitriones son amabilísimos, te dan toda clase de indicaciones e información que les pidas, siempre con una sonrisa.El desayuno es de la mejor calidad,y muy abundante.
Nos ha dado pena irnos.
Estuve alojado con mis padres el Viernes Santo, y ha sido una experiencia estupenda. Los propietarios son muy majos (Michele habla español), y te tratan como a un familiar que viene a visitarlos. Desde la llegada te hacen sentir en tu casa..principalmente porque es la suya. Las zonas comunes incluyen el salón-comedor, la sala de juegos (antiguas cocinas del palacio, en el sótano) y la cocina. Nuestra habitación, la Porthos, es la indicada para parejas con niños ya que el dormitorio de los peques está en un torreón comunicado con la habitación. Todo el castillo es sí merece ser visitado sin prisa, y también los jardines traseros. El desayuno os podéis imaginar: pan de pueblo, mantequilla casera, zumo exprimido, confituras...más que desayunar, almuerzas.
Una experiencia para repetir, y totalmente recomendable para conocer, sin prisas, la región de los mejores quesos de oveja y vaca.
Calidad/precio | Habitaciones |
Ubicación | Limpieza |
Servicio |
Ubicación | Servicio |
Calidad/precio | Habitaciones |
Ubicación | Limpieza |
Servicio |
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Ubicación | Limpieza |
Servicio |