Muy recomendable para relajarse en plena cordillera mendocina. Varias piletas termales, sauna húmedo y seco muy bien mantenidos por el personal que está en cada detalle. La atención de todo el personal como Ezequiel, Guillermo y Francisca te hace sentir como en casa al igual que todos los empleados en el comedor del hotel. Párrafo aparte para el desayuno y las comidas, un desayuno para cada gusto de los huéspedes con varias opciones de huevos: revueltos, duros y fritos. Facturas y tortas fritas (las mejores que probé) y tortas varias más infusiones. Almuerzo inmejorable, con TODOS los cortes de carne que puedan imaginarse, asado, vacío, entraña, mollejas, cordero, pollo, cerdo,ensaladas de todo tipo, postres con frutas, tortas, flan casero y budin de pan . Cena a la carta con muy buenas opciones.
Contratamos la habitación Estudio (muy espaciosa) con vista a las montañas y la piscina, con detalles de lujo como la cortina blackout eléctrica y losa radiante.
El confort de las instalaciones hacen al hotel muy recomendable ya que al poseer solo 16 habitaciones hacen que la calidad de la atención sea excelente. Sin dudas VOLVEREMOS.