Restaurante bien ubicado, al lado del barco de la graciosa, comida aceptable, muy buen trato, fuimos con el restaurante vacío así que la atención fue rápida y la espera corta, cuando terminabamos de comer nos visitó una pequeña cucaracha por la mesa, decir que no venía en ningún plato de comida pero la sorpresa no fue agradable. Igualmente el restaurante se veía limpio y ordenado, pudiera ser un hecho aislado.

Como han dicho los anteriores, el servicio es lento,pero lo peor es la parrillada de pescado. Cocinan con plancha sucia y aceite reciladisimo que le daba un gustillo a aceite sucio y sabia bastante mal
Tuvimos que echar una buena cucharada de mojo pa poder tragarlo.
No pidais peacado.
Por favor cambiar el aceite.

Fui con mi pareja después de volver en el catamarán de la graciosa, pedimos los platos y la bebida, al cabo de 10 min vemos un cartel que pone no tarjetas y nos hicieron ir a buscar un cajero a 200 metros del restaurante cobrandonos de comisión 4 eur por sacar. Una vez volví al restaurante yo cabreado la camarera se ríe en mi cara, la comida lo mejor dos cachos de pollo más anchos que largos insipidos con ensalada de coles de bolsa (10 euros por cierto) comimos mal pedí la cuenta y nos fuimos, a la camarera ni la miré lógicamente. La experiencia malísima, ahora viendo los comentarios de otros clientes no me extraña nada, el peor sitio que he pisado de Lanzarote.

Nos hemos sentado en la cafetería, y hemos pedido varios platos que han salido con rapidez, precios bastante accesibles y un trato genial por parte del nuevo personal.
Combinado pollo: 5€
Ensaladilla: 3€
Ensalada: 7€

Tanto la atención como la comida fueron muy buenas así como la rapidez en el servicio.
Nos invitaron a varias cositas ya que nuestra cuenta iba a ser elevada.