Fui con muchas expectativas al Hotel Virgo ya que me lo habían recomendado como el mejor de Las Leñas... pero lamentablemente no fue lo que encontré. Desde que llegamos sentimos la falta de atención ya que tuvimos que descargar nuestro propio equipaje.
La información en el front desk al momento del check in, nos resultó confusa y escasa.
Muchos niños todo el tiempo jugando en lugares no aptos para el juego y sin control. El hotel se sentía ruidoso todo el tiempo.
Las habitaciones nos resultaron extremadamente chicas e incómodas.
Al llegar teníamos un foco quemado y tuvimos que pedir reemplazo. Al solicitar un rack apoya valijas, muy típico en los hoteles, me respondieron que no tenían y no intentaron solucionarme el tema de otra forma (mesita, silla , etc).
Nos tocaron los dos cuartos centrales del primer piso, por consiguiente eran extremadamente ruidosos ya que estaban pegadas al ascensor y la escalera, por ende muy cerca del bar del hotel y el sonido subía como si estuviéramos ahí mismo. Lo mismo nos pasaba con la pileta ya que estábamos justo arriba de la misma... escuchábamos las conversaciones y música alta todo el tiempo que ésta estaba habilitada.
Al margen del ruido provocado por la ubicación de nuestras habitaciones, también se podían escuchar con suma claridad los sonidos y conversaciones de las habitaciones vecinas y desde los pasillos. MUY MOLESTO!
La calefacción de uno de los cuartos, no funcionó al principio y, luego de solucionado el desperfecto, nunca calentó correctamente.
No nos reponían las aguas del frigobar en ninguno de los dos cuartos, no nos repusieron shampoo, ni jabón, ni papel higiénico, cuando se nos terminaron.
Tras un olvido ingresé a mi habitación cuando estaban haciendo la limpieza y encontré a la mucama haciendo la cama con las almohadas tiradas en el piso.
El black out estaba roto y no permitía cerrarlo bien en los dos cuartos.
En general el trato de front desk me resultó muy malo, poco educado, como si nos estuvieran haciendo un favor al contestarnos y atendernos.
Nos habían explicado que teníamos los transfers incluidos y a disposición pero
pedimos uno al segundo día y nos dijeron que teníamos que esperar unos 45' ya que acababa de partir, luego buscaría en dos tandas a otro grupo y recién nos tocaba a nosotros!!!!! No íbamos a llegar más.
Ante mi reclamo nos llevó un empleado en su auto particular.
Otro día solicité transfer para ir a una farmacia y cuando llegamos la misma estaba cerrada... cómo puede ser que la encargada de recepción no me indique que no era el horario adecuado para ir por un medicamento? Las Leñas es un lugar muy chico! Estoy segura que lo sabía.
Por todo estos inconvenientes el hotel nos obsequió un champagne, el cual no pudimos consumir ya que nos encontrábamos con dos niños y en plan de ski. Hubiera preferido que me ofrezcan un trato más cálido. Así que dicha botella no sé quién la habrá aprovechado.
Una tarde pedí hablar con un gerente y me contestaron que no se encontraba ninguno y que no sabían a qué hora se presentaría al día siguiente. Luego nadie intentó comunicarse conmigo aún a sabiendas de mi solicitud.
La última noche tuvimos que esperar que terminara un concurso organizado en la planta baja, para poder conciliar el sueño, debido al volumen de los micrófonos y de la música.
Por otro lado nos resultó excelente el nivel de los locales comerciales que se encuentran en el lobby. Muy buena la atención y calidad en el restaurant (aunque a la hora del desayuno en general se colapsaba de gente y se quedaban sin vajilla limpia, sin mesas preparadas, etc)
Los mozos siempre muy eficientes y amables.
Es excelente la ubicación del Hotel con respecto a los medios de elevación y muy atentos los chicos que trabajan en el guarda ski.
Tomamos clases de Streaching todos los días, nos resultaron muy buenas y recomendables.
Disfrutamos mucho el ski y los paisajes pero una vez que volvíamos al Hotel, el descanso se hacía imposible y el ruido nos invadía. Una lástima.