Solo estuvimos dos noches, pero es un hotel pequeño, para quedarse más tiempo.
decoración moderna y con mucho gusto, muy cómodo, muy limpio.
El desayuno estupendo y muy bien presentado en bufett.
La ubicación es estupenda al final de la gran playa, un poco retirado en una zona residencial. Está mirando al mar, pero en primera fila hay unas hileras de pinos.
La atención del hotel por parte de la recepción es inmejorable, tenemos que destacar toda la información que nos dio sobre Bretaña una recepcionista que hablaba español que mejor embajadora de Francia y de Bretaña no debe de existir.
En resumen es un hotelito tranquilo para recomendar y mejor escoger una habitación en segundo piso, las bajas son muy pequeñas.