Es un pequeño restaurante. Fui a comer con un cliente y lo que más me gustó es que son atentos y muy rápidos. Necesitábamos algo sencillo y que nos sirvieran rápido. Tomamos plato del día "crudités de thon", viene a ser una ensalada de hojas verdes, con arroz blanco en la base y encima trozos de atún crudo, y marinados con una salsa, pero que se quedó corta. En mi opinión faltó salsa. De beber tomamos agua del grifo, muy típico en París. La comida de los dos, es decir, los dos platos iguales por un total de 34 Eur. Algo caro para lo que es. Buscaría otro restaurante, sobre todo aquí son trabajadores de oficina, el restaurante es pequeño, bastante ruidoso y las mesas muy pegadas.
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