Es un hotel relajante rodeado de verde, cuyo mayor atractivo es un restaurante con hermosas vistas a un embalse.
La habitación es tipo cabaña,muy comfortable, inmaculadamente limpia, con mucha luz natural ya que cuenta con ventanales a ambos lados. El baño es amplio, pero hay que esperar un poco para que salga el agua caliente.
El personal es suficientemente amable, pueden mejorar, ya que la habitación queda a unos buenos metros del restaurante (que se ve como estructura principal) y no te ofrecen ayuda para llevar tu equipaje, ni siquiera considerando que la vía es de tierra.
El desayuno es completo y típico de la región, sin embargo no es elegible, simplemente lo van colocando en tu mesa, y esto tampoco te lo informa el personal.
El wifi es gratuito. en las habitaciones corre bastante bien, pero como en el restaurante lo abren a los comensales, se cae y no soporta tantos dispositivos.