Las casas son preciosas, con mucha intimidad, cada una con su patio privado. Nosotros fuimos en agosto con un calor horrible y la casa estaba fresquita, no hizo falta poner el aire acondicionado.
Las zonas comunes son amplias y la piscina muy cuidada.
No te puedes perder los desayunos ni las comidas de Lola. Cocina de la de antes, todo natural, riquísimo. Las mermeladas caseras que hace ella, igual que el pan que lo hace allí. Tanto la comida vegetariana como la caza la prepara riquísima.
Lola es la propietaria y una persona excelente, muy atenta a todo, cercana, siempre con una sonrisa.
Nosotros en invierno queremos volver para conocer la zona en esa época, siempre hemos ido en verano.
Ya os contaremos ;-)

Estuvimos en esta Casa Rural durante cuatro días en agosto.

Tanto Lola como Candela son encantadoras y hacen de tu estancia un momento muy agradable.
En nuestro caso, estuvimos en “Casa Isabel” (casa de una habitación) y dispusimos de lo que necesitábamos. Es una casa sencilla con lo esencial para pasar unos días de tranquilidad, con espacio suficiente para tener intimidad aunque se esté cerca de la piscina y de otros alojamientos.

A considerar que esta casa no tiene aire acondicionado, aunque la temperatura interior es suficiente como para no pasar calor. La piscina (agua salada), suficientemente grande para compartirla con el resto de personas alojadas.

Huércal Overa está a 10 minutos en coche, por lo que no hay problemas con el resto de servicios.

Gracias Lola y Candela por todo :)