Primera vez en casa Lac, nos apetecía probar cocina tradicional Navarra, desde luego fue un acierto. El comedor es un lugar muy acogedor y el trato del personal excelente. Nos dejamos llevar por las recomendaciones de la casa, penca de acelga rellena, pimientos de cristal con papada, alcachofas confitadas,con jamón; todo esto como entrantes, permitiéndonos elegir medias raciones para así probar los segundos platos. De segundo para compartir probamos las albondigas de venado y cerdo ibérico,y kokotxas al pil-pil, ambos dos deliciosos, sabrosos y como en el resto de los platos se nota el buen manejo de la cocina tradicional,y el buen producto que te ofrecen. Finalmente la torrija como postre,culminó la comida sin ser menos espectacular que el resto.
Muy recomendable esta casa, donde sin lugar a dudas volveremos.

Fuimos un domingo de Enero a comer y estaba todo exquisito, pero para mi gusto un poco caro. No hay menú, solo carta.

Tanto Patxi como Elena se desviven para que te sientas especial, muy buena atención. En cuanto a la comida.... otro nivel!, pedimos un menú degustación y cada plato que sacaban era un manjar.... y de los postres mención especial a la Torrija!... es de otro mundo!
Salimos muy contentos

Magnífico restaurante en el casco viejo de la ciudad, en un edificio precioso, con espectaculares tapas, menús, y carta. De los mejores de la ciudad. Un privilegio para la ciudad, y un ahorro para los que nos trasladábamos a Tudela al 33 un par de veces al año, ahora lo tenemos a 50 metros de la Plaza España. Una gozada. Barato no es, pero aciertas pidas lo que pidas. Todo está buenísimo. Servicio más que correcto, y cocina sobresaliente. Yo acudo cuando me visitan mis familiares foráneos. Nunca falla. Benditas verduras

No era la primera vez que visitaba el mítico Casa Lac, ubicado en una de las zonas más clásicas (gastronómicamente hablando) de la ciudad de Zaragoza: “el Tubo”.

La verdad que, solamente con la compañía, ya tenía seguro que iba a ser una velada perfecta... pero vayamos a sus platos:

Comenzamos con una barqueta de tomate rellena de pimiento de piquillo asado, boquerón marinado con mahonesa de tomate y aceite de pimiento y olivas negras... fresco y sabroso.

El segundo entrante fue el canelón de pasta fresca relleno de longaniza de Graus con salsa de foie y tartufata... riquísimo

De segundos nos decantamos por un buen solomillo de ternera a la plancha, acertando magnifícamente en el punto indicado (muy poco hecha). Parecía mantequilla en boca...

Y, mi increíble descubrimiento: Albóndigas crujientes de venado y cerdo ibérico sobre fondo de parmentier... impresionantes... sabrosas, jugosas y crujientes a la vez... una explosión gustativa que pocas veces había sentido con unas albóndigas.

De postre, una increíble torrija de vainilla bourbon con helado de vainilla de Madagascar.

En definitiva, el antiquísimo Casa Lac mantiene su esencia y sigue estando en la cima de la restauración de la ciudad de Zaragoza.