Estuvimos 4 noches en el apartamento. Tanto la ubicación como la vista como la ambientación son muy buenas. Decoración moderna. El edificio cuenta con ascensor, pero lo usamos solo para subir y bajar las maletas, dado que el apartamento está en un entrepiso. Hay que subir pocos escalones (dentro del edificio) para llegar hasta él.

Lo peor: la atención impersonal de la inmobiliaria. Si bien responden rápido los mails, no están coordinados y responden distintas personas. En un momento, me contactó Alessandro para que me comunicara con él e intercambiamos correos electrónicos. Pero después escribieron otras personas recordándonos la reserva y también ofreciéndonos servicios turísticos. Recién uno o dos días antes de ingresar al apartamento mandaron un mail diciéndonos que al ir a la inmobiliaria deberíamos dejar un depósito (sin especificar el monto) el que dependía de la cantidad de días de alquiler y del costo de la locación.

Es la primera vez (y alquilé muchos apartamentos en Europa) que tuve que ir a buscar las llaves a las oficinas de la inmobiliaria y nadie me mostró el inmueble. En general, van dueños, pero en París alquilamos por inmobiliaria, nos esperaron en el inmueble y nos mostraron todo, incluso había un teléfono fijo para llamar a cualquier lugar del mundo sin costo alguno... Y se encargaron de llamarnos un taxi-camioneta para ir desde el aeropuerto al apartamento y otro para ir del apartamento al aeropuerto.

Llegamos a San Sebastián y fui con mi hija mayor a buscar las llaves a la inmobiliaria, mientras el resto de la familia esperó con las valijas en la terminal de micros.

Al llegar, había dos personas con computadoras en un mostrador, y al fondo (en otra oficina vidriada) otros empleados trabajando en sus escritorios con sus computadoras. Me presenté y la empleada me preguntó que apartamento había reservado. Me dijo que había que hacer el depósito (350 euros) a través de un bloqueo de tarjeta y me dio las llaves con una carpetita de cartulina con algunas instrucciones (entre otros usuario y clave wi-fi y horario tope de salida -11 hs-). Me dijo que el apartamento era para 4 personas, cuando lo habíamos reservado y abonado para 5, y se lo dije, chequeó y respondió que sí, que era así. Nos dijo que el apartamento estaba muy cerca de la terminal de micros y que tenía salida a dos calles, pero tuvo que preguntarle a su compañero si se podía ingresar por ambas puertas o no... Ni sabía qué llave correspondía a qué puerta...

No me gustó que me atendiera una persona que no conocía bien el apartamento y que ella estuviera sentada en su silla y nosotras paradas adelante de un mostrador. Esperaba que me hicieran pasar a la otra oficina y que allí estuviera Alessandro y que supiera todo lo relativo al apartamento.

Es indispensable que alguien muestre el apartamento, dónde están las mantas y almohadas para el sofá-cama, cómo funcionan los electrodomésticos, cómo y dónde se tira la basura (si se separan residuos, en qué horario se tira y en qué contenedores, etc.). Lo ideal sería que personal de la inmobiliaria esperara a los clientes en el apartamento. Otra opción (peor) sería que después de completar todo en las oficinas, un empleado acompañe a los inquilinos al inmueble y le muestre todo y responda las preguntas necesarias.

Después de irnos, llegó un correo electrónico, preguntándonos si había estado todo bien. Ahí pregunté por el bloqueo de la tarjeta y me respondieron que se desbloqueaba automáticamente después de una cantidad de días determinada.

Disfrutamos de la ciudad, pero deben mejorar la atención.

La limpieza del apartamento se veía bien, pero al abrir el sofá cama había una sábana en condiciones, pero al moverla para que mi hijo se metiera adentro para taparse con la sábana superior, había una funda de colchón o sábana con dos manchas redondas -que parecían de sangre- (saqué una foto de ese sector de la sábana inferior). Fue una sensación desagradable. Decidimos volver a cerrar la otra sábana sobre la primera, que durmiera del otro lado de la cama y que se tapara solamente con un acolchado.