La comida estaba mala y fría,y la atención de la camarera deja mucho que desear.
La carne del bocadillo parecía chicle.

Fui con un compañero de trabajo a tomar dos cañas cada uno a las 14 h. Con la cerveza, le pedí amablemente a la camarera si podía por favor ponerme unos frutos secos del gigante bote que tienen en la barra, me respondió que a la hora de comer no ponen cacahuetes (aunque solo había 2 mesas ocupadas de unas 8 o 9 mesas de terraza, dentro no había nadie). Entonces pedí unas patatillas de bolsa (para pagarlas) y tampoco. Finalmente para picar cualquier cosita con la cerveza pedí una tapa de croquetas que vinieron 5 unidades de croquetas de jamón congeladas a 6'20 EUR. La camarera trajo las croquetas sin cubiertos ni servilletas ni platos y me preguntó si quería usar cubiertos?
Me sorprendió bastante el trato recibido, puede ser que tuviera un mal día. Además al ir dentro a pagar, tuve que esperar un poco a que terminase de discutir vulgarmente con la cocinera. El motivo de la publicación del comentario es para que se pueda mejorar.

Cambio de carta y precios abusivos. 25 años yendo, y ahora hasta las patatas las pagas aparte...adiós al triple de toda la vida. Irte a comerte un bistec con patatas es más barato que un triple con patatas y bebida.

Sábado 31 agosto, 22:15 h.
Entro y solicito una carta, la camarera me pregunta si es para llevar, le digo que si, en ese momento se asoma una chica por la ventana gritando y haciendo aspavientos con los brazos diciendo que no hace más comida, la camarera me dice que hasta dentro de una hora no van a hacer comida para llevar, sin ni siquiera ver la carta y molestos por las formas nos fuimos sin intención de volver. Una pena con lo que ha sido este bar.

Hacía mil años que no iba. Y está igual de bueno. Las pizzas decentes, las hamburguesas buenísimas, recomiendo la Cantábrico, los nachos buenos... Y un buen servicio. Espero volver pronto.