Lo que más me sorprendió de esta pequeñisima bodega es que parece que te transportes a un pueblito recóndito de Italia de los años 50. Andrea, el dueño, es un tipo muy agradable que tratará de aconsejarte en funcion de tus gustos.
Con nostros acertó de pleno.
Gracias Andrea!
¿Es el propietario o administrador de este establecimiento? Solicite su perfil gratis para responder las opiniones, actualizar su perfil y mucho más.