Llevo varios años llendo. La calidad de los productos es inmejorable. La relación calidad precio es buena. Pero hay una cosa que no puedo ver más, es la decoración de flores de la barra.
Es que esta feisima y da pena.
Si quitaran esos centros ganarían en imagen. Yo la hubiera tirado hace años. Lo que pasa que no tengo confianza para decírselo.

Trato horrorosamente desagradable (en todo momento) y maleducado. Precios desorbitados para lo “mal” que te hacen sentir.
Para los clientes que ellos consideran “rentables” la cocina está abierta a su merced, para la gente considerada “normalita” que llega a las 9:30 a cenar, metiendo prisa para que cierre la cocina “YA”.

Cuánto más alargan los manteles de las mesas más recortan la educación de sus empleados. El camarero que nos atendió fue brusco, maleducado y se dirigió a nosotros bajándose la mascarilla. No volvemos.

Ningún respeto de las medidas covid: carta de papel de mesa en mesa y el encargado dirigiéndose a nosotros sin mascarilla.
Trato pésimo y muy maleducados.
Que sepan que han perdido, no sólo a nosotros como consumidores, sino que también a nuestras familias.

Muy regular y atención pésima.
Entiendo que la hostelería lo está pasando mal. Pero que intenten engañar con raciones ridículas y precios desorbitados... puffff.
De los sitios que nunca volvería.