Al llegar a Torino me sorprendió mucho positivamente porque está muy cerca de la estación central , tan céntrico como para poder disfrutar del centro a pie. La recepción fue agradable, incluso nos dejó elegir la habitación porque tenían varias disponibles. Una vez en la habitación, vimos q el precios asequible se debía a q es tan cómodo como antiguo. Decoración, mobiliario, baño completo pero antiguo. Pero bueno...al fin y al cabo se trataba de pasar el día fuera, no buscaba un hotel a todo confort. Relativamente limpio. El bufete desayuno es básico pero no se echa de menos nada. En recepción hay información suficiente para el viajero y ellos mismos me informaron dónde dejar el coche para que fuera más barato.. en resumen, a pesar del aspecto interior, si vuelvo repetiré seguro, y si alguien visita Torino ,lo recomiendo.