Inmejorable ubicación, ya que está a los pies del puente de Rialto, por ello, tenía puestas otras expectativas. El interior del hotel me decepcionó un poco, ya que aún teniendo en cuenta su decoración por el estilo veneciano, las instalaciones son bastante viejas. Todo necesitaría una buena reformita, sobre todo los baños, ni que decir de las ventanas, que no hay absolutamente nada de insonorización y se escucha el barullo de gente y los vaporetos.
Otro detalle, es que me pasé toda la estancia muerta de frío, ya que por la época aún no conectaban la calefacción, lo arreglaron dándonos un par de mantas, cosa que a mediados de octubre y con la humedad al estar tan cerca del canal, no sirvió remedio...
Me pareció excesivamente caro para lo que es el hotel en si. En mi opinión se paga la localización y las vistas si es que has pagado casi el doble por una habitación que de al Puente.