El hotel se sitúa al lado de la Estación de Santa Luzia, lo que te permite bajar del tren y dejar las maletas para ir a ver la ciudad. La situación está al lado del vaporetto para llegar a todas partes, pues todas las líneas paran en la estación de tren. La habitación era una superior muy original en la decoración. Con aire acondicionado lo que es bueno en Venecia, pues dormir con las ventanas abiertas puede ser algo “peligroso” por los mosquitos. El desayuno lo que quieras comer, aunque no lo puede coger uno mismo por el tema del Covid. Pero estaba bueno, te podías ir al jardín o quedarte dentro, ya que se observaba la distancia mínima entre personas. El hotel muy bonito y antiguo, respetando lo que era en principio una abadía. El recepcionista de la mañana era genial. Lo llevaba todo a la perfección con una simpatía y amabilidad increíble. Se quedó extrañado porque no le hacía ninguna pregunta sobre Venecia, y le dije que era mi sexta vez allí, con lo cual parecía que estaba ya en mi barrio. Fue mi primera vez en el Abbazia, pero no será la última. Hotel tranquilo, bonito, limpio, y con un gran personal. Solo por su recepcionista merece la pena ir. Son todos unos grandes profesionales. Buen precio y calidad. Hasta la próxima, que será pronto, Venezia y el hotel lo merecen. Un 10