Precioso y coqueto hotel en los canales de la "Venecia auténtica", alejada (y a la vez cerca) del bullicio turístico. A cinco minutos del gueto judío, y a unos siete de Strada Nova, zona ya comercial y con gente. A Rialto y S. Marco ya son 23 minutos que se disfrutan caminando por las callejuelas y canales.
La atención en el hotel de todos los recepcionistas maravillosa, encantadores, amables y en español, y si no lo dominan se esfuerzan.
La habitación muy bonita y baño muy amplio, y con bidet, algo que ya no se encuentra.
En definitva, muy recomendable y al que volveríamos. Estuvimos del 6 al 10 de diciembre.
Gracias por todo y un beso desde España.
Cesar.