El hotel tiene una buena ubicación si se desea estar cerca de la estación de trenes, como era nuestro caso, ya que hicimos base en Bari para visitar los alrededores. Se puede ir caminando al centro y al centro histórico. Está en un barrio sin mucho encanto, y con pocos restaurantes cerca. El precio fue bueno ya que pagamos 368 euros por 5 noches.El desayuno era normal, y las personas que lo atendían muy atentas.La habitación y el baño eran espaciosos, pero nunca estuve en un hotel tan falto de encanto. Muebles viejos , no antiguos, ningún criterio de decoración. Tampoco dormí nunca en una cama tan dura, parecía como si estuviera directamente sobre una tabla.Pero lo que realmente me molestó fue enterarme que el aire acondicionado se encendía centralmente en "franjas horarias". El día que llegamos hacía bastante calor, al no poder encender el aire, llamé a recepción y me dijeron que el aire se encendía en "franjas horarias"de 13 a 16 hs. y de 20 a 23 hs. y que me podían proporcionar un ventilador. Este sistema suponía que nos despertábamos bañados en transpiración, porque nos habíamos dormido cuando el aire estaba encendido y luego lo apagaban. INAUDITO, sobre todo porque elegí este hotel porque tenía aire acondicionado y sabía que en Bari hace mucho calor. El minibar estaba vacío y desconectado. El personal desparejo, la recepcionista que usa anteojos -lamentablemente no se el nombre- un encanto de persona, siempre dispuesta a dar informaciones y a tratar de ayudarnos. La otra, no sólo tuvo siempre una actitud displicente, sino que cuando le entregué un billete de 500 euros para saldar nuestra cuenta de 368 euros, nos dijo que no tenía cambio y que fuera yo al banco a buscar cambio. Como le contesté que no pensaba hacerlo, fue a otro sector del hotel y volvió con los 132 euros que debía devolverme.Para pasar una sola noche este hotel puede soportarse, en nuestro caso (5 noches) me arrepentí de no haber pagado un poco más para estar en un lugar más agradable y confortable.