El edificio, los jardines, la piscina y el personal son magníficos.
Edificio de piedra con un jardín muy bien cuidado que te permite desconectar. Al ser un jardín amplio siempre encuentras tu espacio propio rodeado de vegetación y flores.
Buen lugar como centro de operaciones para visitar Siracusa, Noto y playas como Eloro, Ávola, Calamoschina...
El personal es muy agradable y atento a tus solicitudes de información.
Desayuno con productos caseros y completo (algo menos completo si te gusta desayunar salado, pero como no es nuestro caso, para nosotros fue perfecto).
Habitaciones muy amplias y limpias (limpieza diaria).
Lo peor las vistas de alrededor (es como un oasis en medio de la zona), los mosquitos (llevar repelente), el acceso (obligado GPS al menos para la primera vez que intentas acceder) y la falta de restaurantes a menos de 10 minutos en coche.
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