Hay varias cosas que decir del Palazzo Gilistro. A una cuadra de la Fontana di Artemide, sobre la calle Cavour, llena de pequeños restaurantes y negocios de artículos locales, cerámicas, terracotas, vinos. La zona es muy animada, llena de diversión. Si bien esta zona de Ortigia, por su alto valor histórico es zona de circulación restringida para los autos (afortunadamente es solo peatonal) hay previstos por el municipio Parkings en el acceso a Ortigia desde Siracusa.
El hotel es una antiguo Palazzo puesto totalmente a nuevo. Habitaciones, ventanas , baños, ascensor, recepción, todo con un diseño excelente, muy agradable. En la recepción, tanto Manuela como Francesca están siempre muy dispuestas a requerimientos o consultas. Son muy buenas asesoras en restaurantes y paseos.
Otro punto muy alto de este hotel es el desayuno. El hotel tiene en la calle lateral, a la vuelta, un café / restaurante / vinería que está abierto todo el día. Pero las primeras horas de la mañana solo para servir el desayuno, completísimo, con diversidad de quesos, prosciutto, distintos panes, jugos, y exquisita bolleria típica siciliana. Además hay un piano, que a veces alguien toca. Acá en el desayuno quedamos en manos de Chiara y de otra niña que olvidé su nombre, injustamente ya que fue muy esmerada en atendernos en perfecto castellano madrileño.
Nuestra estadía aquí no pudo ser mejor, primero por esta bellísima ciudad y también por la comodidad, confort y simpatía que recibimos en el Palazzo Gilistro, donde volveremos en nuestro,próximo viaje a Ortigia, la joya de Sicilia.