El hotel es antiguo pero muy bien cuidado y sobretodo, muy limpio. Si subes a la terraza que tienen en la azotea, puedes desayunar y disfrutar de unas vistas panorámicas de toda la ciudad. La zona en la que se encuentra es muy céntrica (en menos 5 minutos andando estás en el Duomo), a pesar de la cantidad de gente que hay por las calles, las habitaciones están muy bien insonorizadas y se descansa muy bien. Hay mucha tranquilidad en el hotel. Las camas son muy cómodas y grandes. En la habitación dispones de agua gratis, que puedes solicitar de nuevo cada vez que se te acabe, una cafetera de cápsulas, que puedes pedir en recepción, vasos y tazas. El personal es muy amable, servicial y educado. La zona del desayuno es pequeña y tranquila, no hay colas ni problemas a la hora de desayunar. El desayuno es buffet y puedes encontrar mucha variedad y todo lo que ofrecen en él, está muy bueno.
La única pega que le pongo es que hay que subir 3 pisos hasta llegar al hotel. Pero aún así, vale la pena subirlos!
Sin duda, muy buena elección de hotel!