Nos alojamos aqui a finales de enero durante un fin de semana. El edificio es un antiguo palacete. Su situación es ideal para poder visitar todo el maravilloso centro de la ciudad andando. Para ser un hotel cinco estrellas Baglioni, sus tarifas y estar en el grupo de Relais & Chateaux, resulta un tanto decepcionante. Comparte edificio y entrada con un restaurante de lujo que no pertenece al hotel. Es un tanto confuso puesto que al entrar encuentras el restaurante pero no encuentras la recepción hasta que llegas al primer piso. Y la encuentras vacía, aunque al poco tiempo aparece alguien del personal... En general, el personal es bastante amable. Excepto la sala de música y el comedor, el resto de zonas comunes están un tanto desangeladas, falta algo mas de mimo y decoración. La habitación resulta correcta y funcional, pero con escasos detalles para ser el tipo de hotel que es y el precio que cobran. Muy sosa. Aunque hay limpieza, falta también algo de mantenimiento. Las paredes de mármol del aseo aparecen manchadas de negro, la tapa del wc estaba suelta. El desayuno correcto.