es un hotel ochentero, con algunas reformas ,las habitaciones están reformadas completamente, con un baño precioso, y preciosas vistas a la playa, de la albufeira, eso si elegir las habitaciones con vistas al mar , merece la pena ya que las otras las vista os entristecerán ., después la zona de solárium reformada y muy tranquila y bonita,en cuanto a lo demás supongo que esta reformando poco a poco , pero es un hotel que reina la calma , y la paz es ideal , la estética después te importa poco cuando estas allí y ves la preciosa playa, increíblemente fría el agua, y apenas 10 minutos el centro con la zona de ocio y diversión . el personal es muy muy amable
la comida de Portugal regular , pero sus pasteles , buenísimos pastel de nata o conocido como de belén espectacular .el hotel no tiene piscina al aire libre