El hotel en sí es bonito pero la habitación 2 da a una calle trasera muy cerca de varios restaurantes donde si no tocan música en vivo ponen música muy alta hasta tarde, por lo que si no traes tapones para dormir es imposible. No está insonorizado y se oye en todo momento como suben y bajan los demás huéspedes. El servicio es amable en especial el de la chica rubia que no recuerdo su nombre, en cambio Marina o Mariana (no estoy segura) tuvo un gesto bastante feo la última noche ya que sobre las 00:45h salí para preguntar por el horario del bar que hay en la calle que da a la habitación porque la música estaba muy alta, me respondió que creía que a la 01:00h y me pregunto que si mi habitación era la 2 y que no había podido cobrar la habitación con la targeta con la que hice la reserva, le conteste que por la mañana después del desayuno le abonaría la habitación. Al girarme para regresar a intentar dormir comenzó a reírse como con burla con su compañera. Entiendo que hasta que uno no hace el check-out no se abona la estancia, por lo que el comentario estuvo fuera de lugar y me molesto muchísimo su falta de tacto. Es una pena porque el lugar es bonito y muy muy céntrico pero esos detalles hacen que no lo recomiende para nada. Más
57
69
19
7
9