El hotel está bien ubicado, cerca de la Estación Central, en El Barrio de Vertetrod, cerca de muchos restaurantes, cafés, locales de diseño, etc. Su precio es acorde a la ciudad y la atención fue muy buena, sin embargo hay cuestiones que no pueden dejarse de lado y que estoy seguro que en otros hoteles de Copenhagen de precio similar no hubieren fallado. Ej: no andaba la calefacción ( lo solucionaron pronto con un calentador eléctrico, pero ese no es el punto, pues nunca intentaron repararla), ningún día limpiaban correctamente la habitación, si bien tendían la cama, no lavaban las tasas del café, ni tiraban el envoltorio de un chocolate, por ejemplo; el desayuno si bien es bueno, el lugar destinado a tal fin es muy pequeño y no alcanza para todos los huéspedes; la habitación es ultra pequeña, sin siquiera placard. ( en Japón, Noruega y NYC, destinos más caros y con habitaciones que suelen ser pequeñas, no había visto habitación tan pequeñita por el precio pagado). Destaco el wifi que era bueno, la atención de todo personal de recepción, el café, té y facturas de cortesía en el lobby.
PD: el que tiene mala vista tardará en abrir la puerta de su habitación, pues para abrirla se usa una clave numérica, pero los botones son muyyy pequeños.