Fuimos a este restaurante para comer el día 31 de diciembre, por recomendación de una guía local que con su mejor intención nos habló de él como restaurante peculiar ... el local es un antiguo zoco totalmente restaurado con una cueva muy curiosa y decorada con mucho gusto al igual que el local
La comida con buena presentación pero de poca calidad y un poco fría... los camareros (en especial la señora que nos atendió) con mucha voluntad pero poco profesional
Podéis ir a tomar un aperitivo por ver el local porque la verdad es que eso si merece la pena.
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