Una masía reformada y convertida a Hotel, es agradable, las habitaciones son grandes y cómodas, el personal quiere hacerte la estancia agradable, te dan todos los servicios sin molestar.
La piscina es genial, y en su terraza tumbado al sol puedes tomarte una cerveza italiana fresquita.
Por la noche en su restaurante puedes cenar muy bien, la cocina es buena, y no excesivamente cara.
El desayuno incluido es muy correcto, sin más.
La relación calidad precio es buena.
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