Se trata del palacio Shinina rehabilitado como hotel. Las partes comunes son bonitas, bien cuidadas, responden a las expectativas pero las habitaciones son pequeñas, obscuras, el baño también pequeño y los chorros de masaje de la ducha no funcionaban.
Estimada Señora,
muchas gracias por su opinion porque nos ofrece la posibilidad de hacer algunas precisiones:
- Usted habia reservado una habitación classic que tiene un tamaño de 20 mq, Como está escrito en el nuestro sitio web y también en los otros sitios web en los que nos promuoviamo. Nuestros clientes pueden elegir también la Superior room (25mq), la Deluxe (35mq) y la Suite (50mq).
- Usted habia reservado una habitación al primero Piso con el techo en piedra y con la boveda. Nuestros clientes pueden también beneficiar de habitaciones al segundo o al tercero piso con frescos en el techo de 4/5 metros de altura
- En cuanto a la ducha, lástima no Haber sido informado durante su estancia, habria intervenido inmediatamente para solucionarlo (Como hemos hecho despues de su salida).
Atencion exquisita por parte de todo el personal. Tiene además un restaurante delicioso en terraza o interior. Hotel altamente recomendable. Muy buena relación calidad-precio. Hablan español. Sentimos que nuestra estancia fuera tan corta, dos noches.
En frente de la catedral , encontramos este maravilloso palacio . Con una decoración exquisita, habitación y baño en blanco y negro, preciosa, personal amabilísimo. Salón para el desayuno, de ensueño, y terraza con vistas
Totalmente recomendable!!
Gran hotel en un antiguo palazzo Barroco del siglo XVIII frente al Duomo de Ragusa. Realmente muy bueno y cuidando todos los detalles, los salones del desayuno realmente te maravillaran, y el desayuno en si es increíblemente rico y completo, el servicio de sus empleados es super atento como por ejemplo Ignacio y Michele, que nos ayudaron en todo lo necesario. El parking esta dentro del Hotel. Es digno de recomendarlo
Hotel histórico situado en la parte alta de Ragusa frente a la catedral, lo cual implica forzosamente un bonito paseo de 20 minutos para llegar a la parte baja (algo inevitable en una ciudad con dos núcleos tan diferenciados).
El edificio es un genuino palacio del siglo XVIII que mantiene todo el encanto de su decoración original y las habitaciones presentan una cuidada decoración histórica.
Los espectaculares salones del hotel permiten desayunar en un salón barroco con vistas a la catedral. El personal es atento y está siempre disponible.
Durante nuestra estancia no funcionaba el Spa.
