La ubicación, horrorosa, en mitad de la carretera y lejísimos de Sorrento. El hotel, para grupos y no demasiado bueno. La atención es buena, son muy amables, pero sólo faltaría. Las vistas, se ve un rinconcito de mar, pero no se puede acceder a la costa. La habitación pequeña, el balo más. La limpieza en las habitaciones, justita. El desayuno no excesivamente variado, ni de mucha calidad. Las cenas, aceptables. Lo del bar que no tiene casi hielo ni la nevera enfría, y que te cobran una cantidad no divisible por cosas iguales, es curioso. Las plantas de habitaciones normales apestan a alcantarilla por la noche. Si tienes suerte, puede que vayas a las habitaciones dudosamente legales de las terrazas, que al menos no olían y el aire acondicionado funcionaba.