Este es un excelente hotel, atendido por sus dueños. Una antigua casa recientemente remodelada a nueva con mármoles de carrara y una escalera caracol hermosa.
El desayuno es monumental, con frutas, panes, yogurt, capucchino y todo lo que se te pueda ocurrir para un gran desayuno.
La atención del personal es muy buena, siempre muy amables.
La vistas son increíbles, al mar con grandes ventanales. El pueblo es sumamente tranquilo el acceso en auto es fácil y el entorno del lugar es agradable y sirve para descansar. Hay muy buenos restaurantes a los alrededores y lindas playas.
Recomiendo las excursiones que ofrecen.
En mi viaje tuvimos la particularidad de ser alcanzados por el dueño a la estación de trenes ya que no fuimos con auto y eso demuestra la calidad, servicio y amabilidad de estar en un lugar maravilloso atendidos por sus dueños.
Espero volver pronto!!