Hermosa experiencia en una estancia con historia. Excelente recepción y visita guiada por parte de Ana. Fabián y Mari siempre atentos para que la estadía sea perfecta. Comida típica y muy abundante. Estuvimos unos días en familia. Nos tocaron días fríos y lluvia, por eso no pudimos ver actividades pero con una buenas botas recorrimos el lugar y disfrutamos del paisaje, los perros y caballos. La casa está bien calefaccionada en la habitación y el comedor. Hay televisión y Wifi pero uno va en busca de otro tipo de descanso y realmente se logra en este lugar. Para volver sin dudas en épocas más cálidas y disfrutar del verde a pleno