Magnifica, digna de conocer y rezar en su interior. Con la imagen de San Antonio. Bien decorada pero sin lujos.

Los orígenes de la Iglesia azuleña se remontan a la fundación de la ciudad por el coronel Pedro Burgos en diciembre de 1832, conocido como Fuerte San Serapio Mártir.El pueblo tomó el nombre del arroyo que pasa por el lugar y que los amerindios denominaban "Callvú Leovú".Como ocurría en los tiempos de la colonización española, llegaban con los conquistadores, los sacerdotes. Aquí se destaca la figura del franciscano Fray Hipólito Castañón y se construye la capilla del Fuerte, en el lugar donde hoy se encuentra la Catedral Nuestra Señora del Rosario, que, a mediados del Siglo XIX se reemplaza por otra de material. La ciudad avanza y progresa y entonces, surge el proyecto de un templo mayor:la piedra fundamental se coloca en 1899, que da como resultado la actual Iglesia gótica. El templo fue diseñado por los ingenieros Ochoa, W Pitman y Charles Evans Medhurst. Se puede apreciar en el bello edificio sus imponentes campanas y los luminosos vitrales originarios de Francia, de principios del Siglo XX. En el altar mayor, se puede ver una importante imagen de Nuestra Señora del Rosario, patrona de la ciudad; la misma fue traida de Italia en 1863. Son dignos de apreciar los altares laterales,el púlpito y el órgano; también la pira bautismal.La Catedral está frente a la plaza principal de la ciudad.

Es un lugar muy lindo, su arquitectura es increíble. Si pasas por la ciudad, deberías tomarte al menos unos minutos para visitarla.